Un clásico en Tomb Raider es el nivel de entrenamiento en la Mansión Croft. En el, somos guiados por Lara para familiarizarnos con los controles del juego.
Tomb Raider Anniversary Edition supondría el retorno de la mansión clásica a la franquicia, tras la versión de Tomb Raider Legend que fue altamente influenciada por la versión de la mansión Croft de las películas.
En este remake, el jugador no solo tendrá la posibilidad de familiarizarse con los controles sino que se tendrá la posibilidad de explorar la casa a un nivel mucho más superior al posible en el primer juego.
Lara dispondrá desde el primer momento de un objeto en su inventario: media libélula de cristal. Explorando un poco la mansión, se puede ver que una de las lámparas le falta una pieza de la pantalla: la libélula que tenemos en el inventario. Usándola desbloquearemos el acceso a una parte vital de la mansión: la sala del tesoro.
Esta sala almacena los bienes más preciados de Lara y algunas vitrinas vacías. Éstas se van llenando conforme Lara vaya descubriendo coleccionables, completando conjuntos que permitirán desbloquear distintos extras: las tumbas perdidas, trajes, armas, material conceptual… Estos coleccionables pueden obtenerse en los niveles, intercambiándolos vía WiFi o en las tumbas perdidas.
Si Lara interactúa con una de las vitrinas, mostrará la lista de los coleccionables encontrados o en caso de haber completado el set, mostrará un mensaje invitando al jugador a visualizar el contenido desbloqueado.
Las tumbas perdidas es, quizá, el desbloqueable más interesante, porque presentan pequeñas tumbas de retos en la que podremos encontrar los coleccionables más únicos.
Hay cuatro tumbas disponibles en las que Lara deberá enfrentarse a distintos retos, ya sea a enfrentarse a hordas de enemigos en una arena, resolver un puzzle en un tiempo determinado o enfrentarse a una secuencia de obstáculos para alcanzar el tesoro.